Varios artículos se han publicado sobre el pozo de las nieves de nuestro pueblo: en el periódico regional Hoy, en las revistas del Cristo, de la feria, en la revista el Atrio...,
Alberto González Rodriguez, José Joaquín Rodríguez Lara, Mª del Mar Corrales Canchales, José Angel Calero Carretero, Juan Diego Carmona Barrero..., son entre otros, los autores que ha ido publicando la historia de este edificio singular.
En este blog vamos a ir difundiendo esas publicaciones. Las fotos son de Luis Moriano Caro
POZO
DE LAS NIEVES DE SALVATIERRA (1)
Entre los monumentos más
emblemáticos y originales que conserva Salvatierra se encuentra sin
duda el Pozo de las Nieves. Se trata de un edificio construido con el fin de
almacenar y conservar nieve durante todo el año, para su posterior venta al por
menor.
Cuando todavía no existían frigoríficos, la nieve
era un producto que no estaba al alcance de todo el mundo, sobre todo en zonas
calurosas como la
Baja Extremadura , así que era un capricho por el que se pagaba
bastante caro.
La nieve era un bien muy preciado en la Edad Media y tenía
diversos usos: como antipirético, o como remedio contra el tabardillo, cólera y
otros males. También para la conservación de alimentos como la carne y
principalmente el pescado de obligado
consumo en los períodos
cuaresmales; y en el caso de los consumidores más pudientes, para la
fabricación de heladas y sorbetes, granizadas, o enfriar agua y otras bebidas y
productos. Era todo un lujo ya que también servía como regalo para las personas
pudientes.
En los lugares
donde no nevaba,
los consumos menores
se veían resueltos con el
carámbano que se formaba durante la noche, mediante la disposición
de amplias láminas
de agua formando estanques o lagunas artificiales y que posteriormente
era recogido por mujeres y niños a cambio de pequeñas retribuciones. Pero esto
empezó a cambiar en el s. XVI, cuando se convirtió casi en una necesidad para
las gentes acomodadas. El carámbano ya resultaba insuficiente y se veían en la necesidad
de traer nieve desde las cumbres más
altas del norte de Extremadura y la zona de Salamanca, pero la mayor dificultad
consistía en conservarla y por ello se crearon estas construcciones en la
mayoría de las poblaciones extremeñas a partir del s. XVI.
Muy pronto todo
este entramado se convirtió en un gran negocio sobre todo para los particulares
que recibían impuestos por pasar por sus territorios. Todo este comercio está
perfectamente documentado. Uno de los documentos más antiguos conocidos sobre la
llegada de nieve Bejarana a esta
región, es la solicitud hecha por el Concejo de Béjar en 1650, "para
arbitrar sobre la nieve", que ese mismo año se sacase para Castilla y
Extremadura. En la petición, dirigida al Duque de Béjar, Señor del territorio,
se dice: "suplicamos sea servido darnos licencia y permisión para poder
arbitrar en alguna cosa que sea de utilidad. Que lo que la villa propone a V.E.
es sobre las cargas de nieve que se sacaren de la sierra este año, que juzgamos será de consideración,
respecto de estar sin nieve los pozos de Extremadura ".
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